¿LA AFECTIVIDAD ES PARTE DE LA CULTURA DOCENTE?

¿LA AFECTIVIDAD ES PARTE DE LA CULTURA DOCENTE?

Por Carolina Fernández y Constanza García

“El trabajo emocional – hacer un esfuerzo para sentir y expresar las emociones “correctas” que exige el trabajo de uno – puede ser una gran virtud profesional, un trabajo de amor”.[i]



E
n ocasiones, los docentes olvidan el valor emocional que contempla la educación, nublan esa “utopía necesaria”,[ii] el educar se transforma en una mera transmisión de conocimiento, en dictar una clase, realizar un trabajo individualista, evitando la cercanía tanto con los alumnos y alumnas, los colegas de la unidad educativa y las familias. Siendo el concepto de empatía una virtud lejana que se aprecia en las novelas, películas, etc.
 
El foco de la docencia es el, comúnmente mencionado, “proceso de enseñanza aprendizaje” estando el aprendizaje, no solamente en la esfera cognitiva, sino que como lo plantea Edgar Morin en su libro “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro” “en todo proceso de reflexión, intervienen las emociones y los sentimientos” lo que demuestra la importancia del componente afectivo en este proceso. 
“Los docentes que enseñan más allá de la sociedad del conocimiento desarrollan no solo el capital intelectual de sus estudiantes, sino también su capital social: la habilidad para formar redes, forjar relaciones, y contribuir a la vez que extraer, a los recursos humanos de la comunidad y de la sociedad en general”.[iii]   La empatía debe ser una práctica permanente y sistemática en la cultura docente, arraigada en la misión del establecimiento y escrita en el corazón de cada uno de ellos.


En la malla curricular de la vida, se tiene que incluir el Sector del Amor, con los subsectores de Amor hacia uno mismo (autoestima), Amor hacia los otros (empatía), Amor a las relaciones sociales (comprensión y tolerancia), lo que llevará a alcanzar los tan ansiados ideales de paz, justicia, verdad, fraternidad…“A través del desarrollo personal y profesional, los docentes construyen carácter, madurez y otras virtudes en sí mismo y en los demás, con lo que convierten a las escuelas en comunidades morales”.[iv]  

 “La inteligencia emocional proporciona los fundamentos emocionales para el aprendizaje profesional compartido y el trabajo en grupo entre los docentes”.[v]  Lo que demuestra la implicancia de la afectividad en la cultura docente, pues son coexistentes, una depende de la otra, no existe cultura docente sin afectividad y no existe afectividad sin cultura docente (abordando los conceptos en el ámbito de las ciencias de la educación); estando separadas se produce el fracaso en el logro de los objetivos educacionales propuestos por cada institución, se pierde el sentido del trabajo en equipo, se pierde uno de los cuatro pilares de la educación, el  “Aprender a convivir”, a socializar, a humanizar, a vivir con otros.

“El trabajo emocional – hacer un esfuerzo para sentir y expresar las emociones “correctas” que exige el trabajo de uno – puede ser una gran virtud profesional, un trabajo de amor”,[vi] esta frase enmarca el fundamento de la cultura docente, es una guía para todo el que se haga llamar “educador”.






i.                     HARGREAVES, ANDY (2003). Enseñar en la sociedad del conocimiento. Barcelona. Ediciones Octaedro, pp 98.
[ii] DELORS JAQUES (1998  ). La educación encierra un tesoro. Madrid. Santillana Ediciones UNESCO.
[iii] HARGREAVES, ANDY. Op. Cit., nota I, p 70.
[iv] Ibídem, p. 79.
[v] Ibídem, p. 39.
[vi] Ibídem, p 98.

0 comentarios:

Publicar un comentario